Esta última semana tuvimos una invitada de excepción: la profesora Paulina Rufo, con la que analizamos el origen y las características de la universidad medieval.
Movilidad internacional y desplazamiento de estudiantes, metodologías y participación activa del alumno, focos de discusión y debate, luchas por conseguir una plena autonomía, etc. son sólo algunos de los aspectos que tratamos. Interesantes similitudes entre aquella universidad, entre la concepción inicial de lo que debía ser el saber, el conocimiento y su transmisión, y lo que se pretende conseguir con el E.E.E.S.
Aquellos primeros centros de enseñanza, Bolonia, París, Oxford (de la que surgió la universidad de Cambridge), Montpellier o Salamanca, pronto fueron susceptibles de ser controlados por el poder real, papal o, incluso, concejil. Controlar la Universidad suponía controlar el saber, y de ello fueron conscientes los monarcas y papas medievales.
¡Este es el templo de la inteligencia! Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. He dicho.
Movilidad internacional y desplazamiento de estudiantes, metodologías y participación activa del alumno, focos de discusión y debate, luchas por conseguir una plena autonomía, etc. son sólo algunos de los aspectos que tratamos. Interesantes similitudes entre aquella universidad, entre la concepción inicial de lo que debía ser el saber, el conocimiento y su transmisión, y lo que se pretende conseguir con el E.E.E.S.
Aquellos primeros centros de enseñanza, Bolonia, París, Oxford (de la que surgió la universidad de Cambridge), Montpellier o Salamanca, pronto fueron susceptibles de ser controlados por el poder real, papal o, incluso, concejil. Controlar la Universidad suponía controlar el saber, y de ello fueron conscientes los monarcas y papas medievales.
¡Este es el templo de la inteligencia! Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. He dicho.
Discurso de Miguel de Unamuno en la Universidad de Salamanca en Octubre de 1936
Después de escuchar nuestra entrevista se plantea un interesantísimo debate: la relación entre el poder y la educación… ¿os suena de algo?
Después de escuchar nuestra entrevista se plantea un interesantísimo debate: la relación entre el poder y la educación… ¿os suena de algo?
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