jueves, 27 de noviembre de 2008

¿Arte chamánico?


En nuestro programa del pasado lunes analizamos, con la ayuda de José Ángel Vázquez, las interpretaciones que tradicionalmente se han ofrecido para explicar el arte parietal paleolítico. Sin embargo, hace algunos años comenzó a cobrar fuerza una nueva visión tan novedosa como polémica: hablamos de aquélla que atribuye estas manifestaciones artísticas a los chamanes.

Jean Clottes y David Lewis-Williams, autores de Los chamanes de la Prehistoria, así lo defienden en este ameno estudio publicado por la editorial Ariel. A través de lo que denominan ECA (Estados de Conciencia Alterada), el chamán pasa por tres estadios a los que se puede llegar por cansancio, falta de sueño, ayuno, sufrimiento, emociones fuertes o la ingesta de sustancias alucinógenas. En el primer estadio del trance las alucinaciones reproducen formas geométricas como pueden ser puntos, líneas rectas o curvas, zig-zags, etc. En el segundo estadio el sujeto interpreta sus alucinaciones geométricas otorgándoles un significado religioso o emocional para pasar, por último, al tercer estadio, abriría paso a las primeras percepciones alucinatorias antropomorfas o zoomorfas. Así lo plantean los autores:

Nosotros pensamos que esta tradición se remonta todavía mucho más allá, concretamente a la aparición, durante la Prehistoria, de los verdaderos humanos modernos. En todos los períodos y lugares, la humanidad ha conocido estados de conciencia alterada extática o frenética, además de las alucinaciones. De hecho, la capacidad de pasar, voluntariamente o no, de un estado de conciencia a otro, es otra característica universal que forma parte del sistema nervioso humano. Todas las culturas, y entre ellas las del Paleolítico superior, se han enfrentado, de una manera o de otra, a este problema que contempla diferentes estados de conciencia. Algunas culturas –seguramente no todas– nos sugieren la existencia de chamanes.

Aceptada la existencia de chamanes durante todo el paleolítico superior... ¿puede ser aplicado el modelo al estudio del arte parietal?

La mejor explicación sería creer que las cuevas eran los lugares de tránsito que conducían al estrato inferior del cosmos chamánico. Las personas que por ellas se arrastraban y caminaban se encontraban rodeadas por este mundo del más allá, de forma que todo –paredes, bóvedas y suelo– significaba alguna cosa. En numerosas sociedades de este tipo, los chamanes visitan el mundo inferior en el transcurso de sus alucinaciones. Durante el Paleolítico superior se trasladaban a él, no sólo durante sus visiones, sino también físicamente, explorando los pasos, las galerías y las salas de las cuevas.



En nuestra zona de audio podrás conocer más detalles de esta polémica interpretación.

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